29JUN
Resulta realmente difícil para cualquier país del Tercer Mundo poder encontrar su lugar en el mundo siendo libre e independiente. Más aún si ese país es rico en materias primas; si posee un suelo rico en zinc,cobalto,etc. Si tiene minas de diamantes o si posee una importante región petrolífera. Todavía más difícil resultaba en el contexto histórico, tremendamente desestabilizador de la Guerra Fría, cuando las dos superpotencias , Estados Unidos y la Unión Soviética, decidieron hacer del mundo en general, y del Tercer Mundo en particular, una partida de ajedrez, sin reparar en escrúpulos morales ni en vidas humanas.
Angola reunía todos los ingredientes para que no la dejarán en paz, pues al contrario que otros países africanos que no le importan a nadie como Ruanda o Gabón, poseía todos los recursos antes citados. La aspiración de independencia, paz y libertad de todo un Pueblo se vio truncada por la cruda realidad de los intereses políticos y geoestratégicos de Washington y Moscú.
Angola, al igual que otros países africanos (Mozambique, Guinea-Bissau y Cabo Verde) pertenecía al Imperio Colonial Portugués. Portugal al ser el país más pobre y atrasado de la Europa Occidental necesitaba de sus colonias para salir adelante , por lo que trató de mantenerlas dividiendo a su población y tratando de ganarse a sus élites.
En 1.956 se fundó el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) en torno a Agostinho Neto y otros líderes. Era un movimiento nacionalista de ideología marxista.
Al año siguiente se fundó el Frente Nacional de Liberación de Angola, de Holden Roberto, también nacionalista, pero no marxista. De una facción disidente el FNLA surgiría un tercer movimiento, la Unidad Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), dirigida por Jonas Savimbi.
Además existía desde 1.963 una organización de menor tamaño, el Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), organizada por habitantes de Cabinda, un rico enclave petrolífero situado al noreste del país. El FLEC no luchaba por la independencia de Angola, sino por la independencia de Cabinda respecto de Angola.
Guerrilleros de la UPA (Unión de los Pueblos de Angola) que luego se convertiría en el FLNA.
En febrero de 1.961 el MPLA asalta la prisión de Luanda (capital del país) y libera a cientos de presos. Ese día se considera el comienzo de la guerra de independencia del país.
En marzo se alza en armas el FNLA matando a 6.000 angoleños pro-lusitanos y a 2.000 portugueses.
El Gobierno portugués reacciona enviando un contingente de 60.000 soldados para sofocar la rebelión. Lo logrará durante un corto período de tiempo tras matar el ejército portugués a 50.000 personas.
Con la Guerra Fría en su cenit, cada uno de los movimientos independentistas buscó sus alíados. El MPLA encontró apoyo en el bloque comunista y en la Organización para la Unidad Africana. El FLNA obtuvo apoyo de Estados Unidos, Europa Occidental (incluyendo España), Zaire y Sudáfrica.
Desde sus bases en Congo-Brzzaville, el MPLA y desde la zona del Congo-Kinshasa, el FNLA, se lanzan ofensivas que obligaron a Lisboa a enviar miles de soldados y a realizar un gasto sangrante para la precaria economía portuguesa.
El 25 de abril de 1.974, un Golpe militar pone fin a 48 años de dictadura en Portugal. Este hecho, conocido como la Revolución de los Claveles, llevaría al poder a una serie de oficiales cansados de combatir en una infructuosa guerra colonial. Una de las primeras medidas del Gobierno militar-revolucionario es otorgar la independencia a las colonias,entre ellas Angola.
Jonas Savimbi, líder de UNITA.
Desgraciadamente, la independencia no supuso para los angoleños un `período de paz, sino la guerra más larga de todo el continente africano. Los tres grupos armados que habían combatido contra el colonialismo portugués lucharon entre sí por el control del país y especialmente por el de la capital, Luanda, en manos del MPLA.
Esto llevo a que la Guerra Cívil desencadenada tras el fin de la Guerra Colonial adquiriera una dimensión internacional. El MPLA recibió apoyo países como la URSS, Argelia o Cuba. Como era el movimiento armado con más posibilidades de ganar la guerra, Estados Unidos, que deseaba evitar a toda costa una victoria comunista, apoyó al FNLA. También Sudáfrica (con un régimen racista y anticomunista) veía con horror la posibilidad de un Estado comunista en su frontera y decidió apoyar a la UNITA.
Soldados del MPLA (1.976).
UNITA recibió ayuda de Sudáfrica para ocupar la máxima cantidad de terreno con Namibia (país que en la práctica pertenecía a Sudáfrica) que pudiera y salvaguardar su frontera. Las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica inicialmente contaban con un poder que no podía igualar ninguna nación vecina, pero la aparición de un contingente militar cubano de 30.000 hombres apoyando al MPLA desde finales de 1.975 igualó las fuerzas. El Gobierno de Pretoria comenzó la invasión del sur de Angola en agosto de 1.975 y la penetración de sus tropas llegó casi hasta la mitad del país. En noviembre de se año y en vista del imparable avance militar sudáfricano, Cuba envió a los 30.000 militares a combatir en Angola en defensa del Gobierno del MPLA. En vista de los éxitos militares del contingente cubano deteniendo el avance de los tanques sudáfricanos, Moscú comenzó a enviar armas a los cubanos para reforzar más sus posiciones militares en el país africano.
La intervención de los países comunistas había logrado detener el avance de los sectores guerrilleros y militares pro-capitalistas, no sólo por el número de soldados enviados sino también por la gran cantidad de armamento desplazado. Las tropas cubanas continuaron sus ofensivas arrinconando y casi destruyendo a los grupos rivales del MPLA. Este movimiento se auto-proclamó partido único elevando como Presidente del país a Agostinho Neto.
Estados Unidos que veía con horror los progresos comunistas en el campo de batalla, no sólo mantuvo su apoyo al FNLA, sino que comenzó a poyar cada vez más a UNITA.
Holden Roberto, líder del FLNA.
A principios de los 80, el número de muertos y refugiados no paraba de aumentar. Las infraestructuras del país fueron paulatinamente destruidas. Los ataques de Sudáfrica no cesaron. El Gobierno de Pretoria justificó sus invasiones como intentos de destruir las bases de SWAPO, la guerrilla independentista namibia, que buscaba separarse de Sudáfrica. Esto en parte era verdad, pro también lo era que las invasiones sudáfricanas formaban parte de la estrategia de Pretoria de apoyar a la UNITA para crear una “zona liberada” bajo su administración.
En 1.984 fuerzas angoleñas y cubana atacaron al FNLA, consiguiendo que 1.50 de sus guerrilleros y 20.000 cíviles colaboradores se rindieran. Al año siguiente, las mismas fuerzas del MPLA y Cuba lanzaron una gran ofensiva contra UNITA, capturando Cazombo y forzando a UNITA a retroceder, tras haberle hecho perder a 7.000 de sus combatientes.
Contingente de soldados cubanos en la Guerra de Angola.
Estos conflictos solamente terminaron con la derrota de las fuerzas sudáfricanas y de la UNITA en Cuitos Cuanavale ante las fuerzas de Cuba y el MPLA y con la legada de un ejército cubano a la frontera con Namibia en junio de 1.988, dispuesto a cruzar la frontera y derrotar a las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica n sus bases de Namibia. Como confirmación de estos planes, el 27 de junio de 1.988, un escuadrón de aviones MIG-23 ML atacan la reguladora de agua situada en Calueque (territorio angoleño cercano a la frontera con Namibia). En esa posición se encontraba un destacamento de las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica.
Al día siguiente,Sudáfrica pidió una tregua a Cuba y se reanudaron las conversaciones de paz.
En diciembre de ese año se firmó el Acuerdo Trilateral de Nueva York entre Angola, Sudáfrica y Cuba, donde se acordó entre otras cosas, la independencia de Namibia y la aceptación de Sudáfrica de no apoyar más a UNITA. Por su parte, Cuba firmaba la retirada de todas sus tropas del territorio angoleño.
En 1.990, UNITA reconoció finalmente a Jóse Eduardo Dos Santos, del MPLA, como legítimo presidente del país. Ese año, el MPLA anunció la introducción de reformas democráticas en el país. Se fue hacia el pluripartidismo y la descentralización de la Administración. El FNLA se disolvió.
En 1.991 se firmaron los Acuerdos de Estoril con la mediación de Portugal, la Unión Soviética, Estados Unidos y la ONU. Parecía el definitivo final de la Guerra Cívil.
Las elecciones parlamentarias y presidenciales de septiembre de 1.992, dieron la victoria relativa al MPLA en ambas. La segunda vuelta de las elecciones no llegó a producirse porque la UNITA no reconoció los resultados, pese a que los observadores internacionales las vieron como bastante limpias. Inmediatamente, se reinició el conflicto armado, primero en Luanda y después en el resto del país. Esto llevó a que UNITA fuese marginada y dejada de reconocer internacionalmente. Los países , que como Estados Unidos o Sudáfrica, le habían brindado apoyo, ahora la abandonaban y pactaban ayuda militar al Gobierno del MPLA.
Con la llegada de los años noventa y la desaparición de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría, el conflicto angoleño pasó de ser político o ideológico a ser una guerra por el control de las riquezas naturales del país, especialmente por el tráfico de diamantes. A mediados de los noventa, la Guerra se había vuelto más cruel y sanguinaria que nunca. En 1.999, la ONU retiró a sus últimos cascos azules, dejando abandonado a sus suerte al país africano.
El 22 de febrero de 2.002, Jonas Savimbi, líder de UNITA, cayó abatido en un tiroteo con fuerzas gubernamentales y su cadáver fue exhibido ante los periodistas.
Menos de dos meses después, ya se entablaban conversaciones para llegar a la paz. Por fin, después de 41 años de guerra (14 de guerra colonial y 27 de guerra cívil), la paz llegaba al atormentado país africano.
Durante la prolongada guerra cívil, el gobierno del MPLA se financiaba con los recursos proporcionados por las exportaciones del petróleo en la costa, mientras que la UNITA lo hacía con el contrabando de diamantes.
Fidel Castro mostrando su apoyo al Presidente de la Angola independiente, Agostinho Neto.
Agostinho Neto.
Jose Eduardo Dos Santos.
Pieter Wilhem Botha, Presidente de Sudáfrica, durante los años más decisivos de la Guerra de Angola. Fue el último Presidente sudáfricano que mantuvo el régimen del apartheid. Notorio racista y ultraderechista, viviría para ver consternado como Nelson Mandela era excarcelado y elegido Presidente pocos años después.
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