Por Brenda Mejía
Desde hace un mes aproximadamente, la Universidad de San Carlos, USAC, en convenio con el Ministerio de Educación y el Sindicato de Trabajadores del magisterio nacional, está llevando a cabo el Proyecto de Profesionalización Docente, dirigido a los maestros del sector oficial que laboran en los cuarenta y cinco municipios catalogados como de extrema pobreza.

Hasta ahora, sólo se supo de la presentación oficial que hiciera el Presidente Colom y las autoridades de las instituciones responsables de la ejecución directa del proyecto, sin embargo, poco se sabe realmente de lo que dicho proceso implica para la educación en Guatemala.

En primer lugar, sabemos que la calidad educativa en nuestro país es baja y que pocas han sido las políticas públicas que se han implementado para satisfacer las necesidades y demandas del momento actual. Empero, con este proyecto de profesionalización docente no sólo se está buscando fortalecer las capacidades de las y los maestros en beneficio de los niñez guatemalteca, también se está preparando, en un nivel universitario, a más de 6 mil educadores que de manera voluntaria, aceptaron ser copartícipes en el proceso, lo que puede significar para ellos, la elevación de su perfil profesional y la apertura de oportunidades.

En realidad hay dos aspectos que deben analizarse por su importancia: primero: esta profesionalización forma parte de la Reforma educativa que se ha venido construyendo desde hace algunos años, en función de brindar educación de una forma consciente, incluyente e integral, y con un enfoque constructivista que tiene inmersa la metodología del aprendizaje significativo, lo cual quizá no es nuevo para muchos otros países, pero para el nuestro significa el cambio de paradigma educativo, en busca de una mejor preparación académica que permita la formación de ciudadanos competentes para enfrentar la vida diaria.

Segundo: la relevancia que toma la USAC en su labor como universidad estatal que cumple con el lema que le identifica: “Id y enseñad a todos”, pues el hecho que el proyecto se ejecute en los municipios más pobres del país, llama poderosamente la atención pues nuestros maestros ya no tienen la dificultad de buscar a la universidad, sino que la misma es quien llega a ellos.

Es importante también, traer a colación, que la USAC está jugando un papel fundamental en sentido de la proyección social en beneficio de la población, a quien debe su existencia y funcionalidad. No es que dicha labor sea nueva, pero sí ya era hora que tuviera una participación mucho más directa en un tema tan trascendental para el país.

Lo más significativo del proyecto, es que si los maestros ponen en práctica la metodología bajo dicho enfoque, los beneficiados al final serán los niños y niñas de Guatemala… el presente y futuro del país, pues se busca fortalecer a los maestros y maestras en sus capacidades docentes para que éstos promuevan y fortalezcan, de forma integral, las diferentes competencias comunicativas (lectura, escritura, escucha y habla), que les permitirán el desarrollo de un juicio o pensamiento crítico con razonamiento lógico, lo que permitiría la formación de ciudadanos activos, concientes, con capacidad de propuesta, y sobre todo, con cultura democrática.

Si bien es cierto que el país está inmerso en muchas preocupaciones, también lo es que la educación es el pilar del cambio que tanto pide nuestro país. No debemos olvidar que muchos de los problemas que hoy en día enfrenta la población guatemalteca son por causa de la falta de oportunidades. Éstas, a su vez, son producto de la falta de acceso a la educación. No obstante, al combinar la gratuidad de la escuela, el crecimiento y desarrollo sano de los niños y niñas, y la formación docente fortalecida en un nivel superior, podría hablarse, quizá, de un gran paso para visualizar un nuevo futuro para nuestra Nación.