El gol de Bene...tti
La Bombonera empujó, Guille lo craneó y Benedetto ejecutó para que Boca gane un partido bravo y siga firme arriba. ¡Cómo no va a valer treparse al alambrado!
olís está paradito ahí, a un costado del campo de juego, y todavía no se ve el cartel con el número del jugador que sale. En las tribunas de la Bombonera, que desde hace rato le reclama al equipo que se mueva, se levantan apuestas para ver quién sale y hay varios que hacen méritos. Así estaba el partido, así de desconcertado estaba Boca en el segundo tiempo, cuando Defensa y Justicia le había cerrado todos los caminos para llegar de un área a la otra. Pero Guillermo, en su espíritu ofensivo de cambiar ataque por ataque, no dudó en volver a sus fuentes: sacó al volante central (Sebastián Pérez), revivió el 4-2-3-1 que estaba hecho para Tevez y también revivió a su equipo.
Y no pasaron ni diez minutos hasta que Centurión volvió a ser él después de un rato de ausencia (encaró en la puerta del área y pasó entre cuatro), Benedetto tuvo la fortuna de todo goleador y después de pifiarla y que diera en el travesaño, Solís le sirvió una nueva oportunidad y no dudó en fusilar al arquero. Fue su gol, pero también fue de la gente que empujó para despertar a sus jugadores. Fue su gol, pero también de Guillermo que anticipó cómo podía abrir el partido y se jugó. Para seguir firme en la punta y que la presión sea de los que vienen atrás.
El gol fueron tres puntos, pero mucho más. Primero, sirvió para dejar atrás la derrota contra Talleres y evitar que la Bombonera se convierta en un karma -y nada es más importante que eso. Después, fue superar todos los obstáculos que le propuso Defensa, a partir de una línea de cinco defensores que achicaba muy bien, hacía corto al equipo, no dejaba espacios y sacaba a los laterales para tapar las subidas de los laterales de enfrente. Así y todo, Boca es un equipo que siempre tiene latente la posibilidad de llegar hasta abajo del arco en tres toques, pura verticalidad. Y en cuanto logra zafar de los cerrojos que propone el rival, lo consigue. Como ante Banfield, como ayer. En el primer tiempo, fueron tres muy claras: dos de Centurión de arranque y un cabezazo de Benedetto en el palo a los 45.
El gol llegó en el momento justo. Cuando Defensa más había dejado a Boca sin respuestas, sin salida, sin la pelota, obligándolo a jugar largo y mal (la llave para encontrar los caminos la tenía Gago, que estaba sentado a un costado del campo). Cuando Kaprof había tenido la única chance de su equipo en todo el partido y Vergini se la había atajado tirándose adelante con todo el cuerpo. El gol valía un festejo así. Trepándose al alambrado como en los 90. Como festejaban Manteca Martínez y Batistuta, como festejó Benetti en el Apertura 92. Como lo hicieron Benedetto, Centurión y Cía..
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