REVOLUCIÓN
FRANCESA
ÍNDICE
Primera
Parte
Capitulo
I
- Fundamentación del tema a
investigar………………………………………05
Capitulo
II
- Preguntas sobre cuestiones temáticas………………………………………07
Capitulo
III
- Objetivos de la investigación………………………………………………….08
Capitulo
IV
- Método y Técnica………………………………………………………………09
Segunda
Parte
Capitulo
I
- Orígenes del Terror. La
guerra revolucionaria total……………………….11
Capitulo
II
- Enemigos. La ruptura de
la burguesía francesa…………………………..14
Capitulo
III
- Estrategias devenidas de
la lucha…………………………………………..16
Capitulo
IV
- Instrumentos……………………………………………………………………18
Capitulo
V
- Resurgimiento e
implementación del terror revolucionario……………....20
Capitulo
VI
- Aceptación y rechazo………………………………………………………....22
Capitulo
VII
-Triunfo de la reacción.
Nueve del Termidor…………………………………24
Tercera
Parte
-
Conclusión………………………………………………………………..27
- Cronología………………………………………………………………..30
- Bibliografia.........................................................................................34
Primera
Parte
“Defino la Revolución
francesa diciendo que es el advenimiento de la ley, la resurrección del
derecho, la reacción de la justicia”
Jules Michelet
Capitulo I
Fundamentación
del tema a investigar
El fundamento es la razón
de un juicio acerca de, en este caso, la elección del tema que me ocupará
investigar.
El porque de la elección, es a mi humilde comprensión, el
importante hito en la historia de la
humanidad que constituye la Revolución Francesa de 1789, y dentro de ella, la
caída del gobierno jacobino acaecido el 9 de Termidor del año 1794.
En el transcurso de una
década de la revolución, se reproduce un giro considerable e irreversible en lo
político-social, que no solo afecta la historia de Francia sino la de todo el
mundo.
En parte por la enorme
influencia en la destrucción del sistema feudal, pero principalmente por la
edificación de nuevas formas de dominación social y un nuevo orden colectivo
que marcarían un antes y un después de ella. Tanto es así que esta nueva
ideología habría de dominar la política del siglo XIX.
Es la revolución de la
libertad y de la igualdad en el apogeo del siglo de las luces, y se conciben
dentro de ella dos importantes hechos, como lo son la declaración de los
derechos del hombre y el ciudadano de 1789 y el
sueño de la democracia social
contenida en la constitución Jacobina de
1793, que lleva en su núcleo un nuevo interprete de la historia: el pueblo.
Y en este último período es
donde quisiera centrar mi investigación, pues se trata de la instancia más
radical de la revolución, en donde se hace tabla rasa con los antiguos
privilegios y servidumbres; y el pueblo representado por las clases mas
humildes obtiene una mayor participación en la vida democrática de la Republica.
Pero como todo hecho histórico,
también presenta interrogantes y mi intención es investigar y descubrir por que
se derrumba el período de supremacía jacobina, retornando a la revolución
burguesa de 1789, representada por el directorio, nuevo órgano de gobierno.
Es quizás aquí, donde se
detiene la maquinaria revolucionaria, que durante sus primeros cinco años había
demostrado al mundo que aquella revolución de 1789 entraba en una escalada insurreccional
incontrolable y se radicalizaba, aún mas, con la participación de las clases
populares.
“Justamente esta riqueza y esta lozanía en que las
realizaciones concretas se unen a las
esperanzas para el porvenir, es lo que ha
otorgado a la revolución el alcance y el eco de que gozó no solo en
Francia sino en Europa y mas allá aún… Complementariamente, la Revolución francesa experimentó la práctica de un
gobierno revolucionario, esto es, la
puesta entre paréntesis de las libertades democráticas burguesas en el
contexto de una amarga lucha de clases revolucionaria” (Introducción
a la Revolución
Francesa – Michel Vovelle – Página 77/78)
No fue precisamente una
revolución pacifica, todo lo contrario, fue una revolución que amenazada en su
interior, por la reacción pro monárquica, y en su exterior por la guerra
declarada ante Inglaterra, Austria y Prusia, llegó a su pico mas sangriento
durante el periodo del régimen republicano, comandado por los jacobinos.
Para finalizar, no quisiera
dejar de resaltar la originalidad y la importancia de la experiencia revolucionaria urbana en las
filas de los sans-culottes parisienes y provincianos que lucharon por la
participación en una democracia directa, como ideal político, y quizás fueron los delineadores de las
futuras luchas del proletariado
industrial en el siglo siguiente.
Capitulo
II
Preguntas
sobre cuestiones temáticas
Cuantos y cuan variados
cuestionamientos se podrán efectuar ante el tamaño majestuoso del
acontecimiento que nos ocupa. Cuanta cantidad de tinta, vertida desde el
pensamiento critico de los más variados historiadores, se utilizó para plasmar
este período de historia, en la cultura universal.
Sin empequeñecer mi
voluntad ante la envergadura de la labor que deparará el trabajo, trataré de
diseñar una gama de preguntas que mediante la investigación, me sugiera respuestas
acordes al pensamiento critico que debiéramos desarrollar como investigadores
de la historia.
La pregunta principal en el
tema abordado es la siguiente:
¿Fue el régimen de “terror”
la causa por las cual el gobierno Jacobino concluyó siendo derribado por la rebelión
del 9 del termidor?
Por supuesto, que a éste
interrogante lo atraviesan otros tantos que trataré de dilucidar, y que citaré a continuación:
¿Qué peligros internos y
externos afectaron la gestión del Comité de Salud pública, órgano ejecutivo,
junto con el Comité de Seguridad general, de la Convención
gobernante?
¿Hubo focos de resistencia
a las políticas implementadas por el gobierno jacobino, representado por
Robespierre, Saint-Just y Couthon, como los hombres de acción del Comité de
Salud pública?
¿Qué intervención tuvieron
en el interín del gobierno republicano: la reacción realista; la clase burguesa
moderada; el campesinado y el pueblo trabajador urbano?
¿Qué motivó la aplicación
de tanta violencia, persecución y ejecuciones colectivas?
¿Qué expectativas poseían acerca
de la revolución, el pueblo representado por los Saint-culottes y las secciones
de Paris?
No me cabe duda que con el
transcurso del trabajo van a aparecer
otros interrogantes a escrudiñar para llegar a alcanzar el objetivo planteado
en la pregunta principal.
Capitulo
III
Objetivos
de la investigación
El planteamiento de
objetivos es la puesta en escena de la búsqueda de metas a las que
debiéramos arribar como colofón de
nuestro trabajo. Estas metas debieran ser personales y colectivas.
Personales porque buscamos
por todos los medios que nuestro esfuerzo sea premiado con la satisfacción de
haber logrado un buen producto, que internamente retroalimente nuestra función
creativa.
Colectivas, porque se busca
que la investigación se convierta en un medio que enriquezca el nivel cultural
de todos aquellos que se acerquen y dispongan del trabajo como herramienta
educacional.
Este trabajo propone
conocer un momento crítico, inserto dentro de un hito en la historia de la
humanidad, como lo es la
Revolución francesa de 1789.
Para ser mas preciso en la
identificación del tema abordado, trataré de expresar en una somera línea de
tiempo, todo el transcurso de la revolución.
Comenzaremos con un período
pre-revolucionario, que durante la
década de 1780 promueve la inquietud de la nobleza francesa ante una gran
crisis económica.
Luego se aviene el
estallido de la revolución; que desde 1789 a 1791 es
exclusivamente burguesa en sus principios esenciales, donde es impuesto el
parlamentarismo como elemento atenuador del poder real.
Le sigue un período
convulsionado y más violento, que durante 1792 produjo una escalada
revolucionaria.
Los dos años posteriores al
período precedente, 1793-1794, representan la idea mas radicalizada de la
revolución del siglo de las luces. La formación de una nueva forma de gobierno de
molde republicano con la participación democrática universal.
Por primera vez el pueblo
participa en forma directa en la elección de sus autoridades y es reconocido
como integrante activo de esta nueva sociedad en formación.
Es quizás aquí donde
aposentaré mis esfuerzos para lograr la concreción del trabajo; siendo el
interrogante a dilucidar: el porque de la caída de este gobierno el 9 del Termidor de 1794.
Lo que sigue en esta riquísima
historia es la última etapa, que, desde 1794 a 1799 vuelve a convertirse en una revolución
exclusivamente burguesa, como lo fue en
la primera (1789/1791), representada por una nueva forma de gobierno como lo
fue el Directorio.
Cabe resaltar la existencia
de un objetivo personal en los resultados buscados, que auto-demuestren que
tanto las herramientas como el esfuerzo empleados son recompensados con un
reconocimiento interno, pero mayoritariamente el objetivo principal es que
mediante la investigación pueda llegar a
obtener una conclusión que además de valedera fuere útil a todo aquel que
requiera escrudiñar el tema en cuestión.
Capitulo
IV
Método y
Técnica
Para concretar el objetivo
que he trazado requeriré de la
asistencia de un método científico que respalde y autorice el resultado
de la investigación. Habiendo realizado
un análisis previo de los métodos a mi alcance, y observando detenidamente el
tema abordado, me inclinaré por utilizar la metodología cualitativa.
Esta metodología producirá
datos descriptivos, o sea, las propias palabras de los individuos y las
conductas observables.
La investigación
cualitativa es inductiva, razonamiento por el cual se va de lo particular a lo
general, de los hechos o fenómenos a las leyes, y de los efectos a las
causas; y esta última es nuestra mayor
preocupación por alcanzar.
Se desarrollan conceptos y
comprensiones partiendo de las pautas que arrojan los datos recogidos, sin evaluar modelos, hipótesis o teorías
preconcebidas.
Se ve al escenario y a las
personas involucradas desde las distintas relaciones de interacción entre los
componentes.
Se trata de comprender a
las personas o hechos investigados dentro de su marco de referencia, apartando las propias creencias,
perspectivas y predisposiciones que
traigan consigo el investigador.
Por otra parte, para este ultimo, todas las perspectivas son
valiosas y de alguna manera inciden en
el esclarecimiento de los hechos.
El método cualitativo es
humanista, e influye necesariamente sobre el
modo en que vemos a las personas; por lo cual ciertos personajes
pertenecientes a hechos históricos toman forma de héroes o villanos, desde la
posición del investigador.
Por ello las evaluaciones
cualitativas están siempre sujetas a los errores del juicio humano.
Para no incurrir en errores
de juicio, la investigación cualitativa obtiene un conocimiento directo de la
vida social y le preocupa la precisión
de los datos obtenidos, en forma sistemática siendo conducida por
procedimientos rigurosos.
Todos los escenarios y
personas son dignos de estudio. Ningún aspecto de la vida social es demasiado vulgar
o trivial como para no ser estudiado.
Con relación a los datos
descriptivos que produce la metodología, el objetivo es llegar a conocer las
situaciones y actitudes
predominantes a través de la reseña exacta de las actividades, objetos,
procesos y personas involucradas. La meta no se limita a la recolección de
datos sino a la identificación de las relaciones que existen entre dos o más variables.
Con respecto a la técnica heurística,
palabra que proviene del término griego heurisko, que quiere decir yo busco,
descubro y se utiliza para encontrar lo nuevo, lo desconocido; será la cual,
mediante su empleo se hallarán las respuestas a través del manejo de las
fuentes escritas.
Segunda
Parte
“La razón crea la ciencia; los sentimientos y las
creencias conducen la historia”
Jorge Thènon
Capitulo I
Orígenes
del Terror. La guerra revolucionaria total
La guerra es
la forma de conflicto mas grave entre dos o más grupos de
personas o sociedades. Es quizá una de las más antiguas de todas las relaciones
humanas, y conjetura el enfrentamiento fundado entre grupos
armados, con el propósito de consumar la destrucción o dominación del antagonista.
Es producida por múltiples causas, entre las que
suelen estar el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder,
o dirimir diputas económicas y/ó territoriales.
La guerra es el mayor
conflicto de un Estado, es la base de la vida y la muerte, de
la supervivencia y/o la extinción, del poder y la dominación. Por lo tanto, es
imperativo conocer las consecuencias que promueven en la psiquis de quien
participa de ellas; y el objeto de su
participación.
La caída de la obsoleta maquinaria monárquica francesa
y el consiguiente surgimiento de nuevas formas de gobierno, con la participación
activa de nuevos estratos sociales, incomodaba indudablemente a los gobiernos
vecinos, de esta nueva Francia reivindicadora de los derechos individuales, las
libertades y la igualdad.
Los diputados de la Gironda , revolucionarios
moderados emplazados en el poder; Dantón, el personaje mas pragmático de los
sectores de mayor rebeldía, y los diputados del centro, coincidían que los
enemigos de la revolución deberían ser
combatidos y expulsados del territorio sagrado de la Nación ; y que
los objetivos revolucionarios deberían ser llevados mas allá de las fronteras,
para hacer libres a otros pueblos.
Mientras tanto, el pueblo francés, crédulo como toda
población en iguales circunstancias cede al fácil llamado patriotero de los
diputados Girondinos. Todos los parlamentarios parecían estar a favor de la
conflagración armada, menos Robespierre, el moralista diputado de la izquierda
Jacobina, quien exclamaba acerca de las calamidades que sobrevendrían con ella
para el pueblo francés; que no estaba preparado para tal suceso. No obstante, con esta actitud, la izquierda
perdía su reputación de patriota ante los ojos de su pueblo.
Pese a las campañas
de los enemigos de la guerra, no se puede evadir la lucha y allí marchan
los federados a la frontera a combatir lo que se considera como el azote extranjero, donde
correrá sangre popular, mientras los liberales, en París, suspiran al ver como
sus propiedades y demás derechos burgueses van resultando a salvo.
Sin embargo, tras el triunfo obtenido en la batalla
de Valmy por los franceses, contra los prusianos, la alegría vuelve a la
nación; pero la guerra está allí
esperándolos ante el acoso de las monarquías vecinas, que en perfecta sintonía
con la reacción realista interna, no aceptan la nueva realidad francesa y menos
a su pueblo erguido en armas.
Y al terror de la guerra en lo externo, se suma la
beligerancia interna, que se hace explicita ante la situación del monarca y su
familia. ¿Qué hacer con ellos? Que hacer con Luis XVI y su esposa, María
Antonieta, cuando, casi probado se encontraba su vinculación con el ataque que
las monarquías vecinas ejercían sobre la Francia
revolucionaria.
La joven República comienza a mostrar, en sus
representantes, las distintas tendencias acerca del futuro de la familia
monacal. Por una parte, los montañeses, representados por los revolucionarios Jacobinos,
solicitan que sea juzgado por la Convención y, una vez probados sus cargos de
tirano de la nación y traición a la misma, debería ser ejecutado; y que esta ejecución era una
postulado inevitable para que la patria persistiese.
Los tibios de la Gironda ,
eternos amantes de mantener el “status
quo”, pretendían un tratamiento escéptico de la cuestión, pero se vieron
arrastrados hacia la solución que demandaba el juicio al monarca, ya que temían
ser acusados de contrarrevolucionarios. Y aunque veían en el rey a un enemigo
de la revolución, temían más por las
posibles conquistas sociales que tenían como
colofón los miembros mas avanzados del movimiento revolucionario.
La izquierda turbulenta, representada por los
Jacobinos, incriminaba a los ediles
girondinos de pretender restituir la monarquía; de ser antirrepublicanos y de ser
afines con las potencias enemigas de la República ; que
estaban preparadas para invadir Francia y reponer a Luis XVI; lo que era justificablemente
cierto. Ante esta disyuntiva, y temerosos de ser descubiertos, los girondinos,
resolvieron sacrificar al acusado y salvaguardar de esta manera su prestigio.
El 21 de Enero de 1793, Luis XVI, subió al cadalso
para ser decapitado. Desde ese mismo momento, los diputados girondinos,
supieron que la guillotina sería el mecanismo depurador de todo aquel que
contrariara los designios de una izquierda revolucionaria que estaba siendo estimulada
por el poder encrespado de un pueblo, que por primera vez se orientaba hacia
formas de gobiernos mas democratizadoras y se convertía en un nuevo actor
social, en la disputa del poder.
Esta coyuntura preparaba la llegada al poder
ejecutivo del grupo Jacobino, que haciéndose cargo del Comité de Salvación
Pública, y apoyado por las clases bajas, emprendería una escalada
revolucionaria, tan congruente con la sangre
que sería derramada en su consolidación como gobierno.
“En el curso de la crisis, la joven república
francesa descubrió o inventó la guerra total: la total movilización de los
recursos de una nación mediante el reclutamiento en masa, el racionamiento, el
establecimiento de una economía de
guerra rígidamente controlada y la abolición virtual, dentro y fuera del país,
de la distinción entre soldados y civiles. Las consecuencias aterradoras de
este descubrimiento no se verían con claridad hasta nuestro tiempo. Puesto que
la guerra revolucionaria de 1792-1794 constituyó un episodio excepcional, la
mayor parte de los observadores del siglo XIX no repararon en ella mas que para
señalar (e incluso esto se olvidó en los
últimos años de prosperidad de la época Victoriana) que las guerras conducen a
las revoluciones, y que, por otra parte, las revoluciones ganan guerras
inganables. Solo hoy podemos ver como
la
república jacobina y el “terror” de 1793-1794 tuvieron muchos puntos de
contacto con lo que moderadamente se ha llamado el esfuerzo de guerra total.” (Hobsbawm Eric – La
Era de la Revolución : 1789-1848 – Página 75)
Capítulo
II
Enemigos.
La ruptura de la burguesía francesa
En 1792, Petión, Alcalde de
Paris declara que el único medio de afirmar el triunfo de la revolución era la alianza
entre el pueblo y la burguesía. Es revelador que el mismo personaje exprese,
posteriormente, que las propiedades burguesas se encuentren en peligro ante la
sublevación popular. Esta actitud del hombre que alguna vez, estuviera vacilante
entre los Girondinos y los Montañeses, expresa la ruptura de la burguesía
francesa con las clases populares.
Evidentemente, para una
gran fracción de la burguesía, el mayor peligro, era el encarnado por la subversión social. Por lo
tanto, aparece el retorno al orden, como una necesidad concluyente. Los grandes
puertos, escenario de la prosperidad del capitalismo mercantil, se convierten
en la cuna de estos líderes que se dan en llamar, Girondinos. Por el contrario
las raíces de los montañeses, también burgueses pero revolucionarios, se
encuentran en los jacobinos, tanto en Paris como en las plazas fuertes
provinciales.
Las anteriores actitudes
serán mejor precisadas si se tiene en cuenta a una tercera fuerza que estaba fuera
de las asambleas: Las masas populares constituidas por la fuerza
sans-culoterie. Dicho grupo se organizaba en el marco de asambleas de las
secciones urbanas.
La guerra revolucionaria
con las potencias vecinas impone la misma lógica diferencial, en su
tratamiento, por las distintas facciones. El partido que domina el
parlamentarismo de la
Convención es el Girondino; combativos en el exterior y
moderados en el interior. Un cuerpo de elocuentes oradores, de refinada
intelectualidad, pero absolutamente desatinados en sus políticas. Su ejército,
lo que quedaba de la antigua formación francesa, es ineficaz e inseguro. Su
general en jefe, Dumoriez, no tardará en deslizarse a las líneas enemigas.
Solo unos métodos
revolucionarios sin precedentes podrían ganar la guerra contra la intrusión
extranjera; y en lo peor de la disputa, las robustecidas manos de la izquierda
se convierten en las únicas capaces de alcanzar la victoria.
Desalojada, la burguesía
moderada, no solo de la dirección de la contienda, sino que también del poder, desatan
virulentas embestidas contra la facción de izquierda, que se convertirían en
organizadas insubordinaciones contra París.
Pero superados, con el
costo de sugerente cantidad de muertes, los enfrentamientos entre la burguesía
moderada y la revolucionaria; ésta última, aún triunfante, descubre un nuevo
enemigo: la radicalizada izquierda representada por el combativo pueblo de las
secciones de París.
La radicalización revolucionaria
llevó su arremetida a la
Convención embistiendo contra los Comités encargados de la
administración oficial. Tanto el Comité Seguridad General, como el Comité de
Salvación Pública fueron objeto de imputaciones por dudas en el envío a los
tribunales de Girondinos acusados de traidores a la revolución. Se llegó a esgrimir
la palabra insurrección y el grupo “Hebertista” no fue escuchado. La larga
disputa que sostuvo aquel foco revolucionario radical, contra los
representantes oficiales de la revolución concluía con más muertes. El
Ayuntamiento de París que había representado el faro de la Francia
revolucionaria pasaba a ocupar otro engranaje del Estado, constituido por los
Comités.
En este momento reaparece
el gran enemigo de la revolución: la contrarrevolución realista; la crisis
resultante por la ausencia de los revolucionarios Hebertista en la Convención , les
sirve de sustento para manifestaciones de satisfacción y el impulso dado a
Dantón para embestir contra los Comités. Los Girondinos aprovechan esta
situación para refugiarse bajo el supuesto amparo de este último y el bloque se
prepara para producir un golpe institucional.
El proceso es ahogado por
los Comités, que resueltos en dar un gran golpe a la derecha, inmola a Dantón,
que es ejecutado en la guillotina. La Gironda decide
patrocinar al convencional insurrecto, pero un vigoroso levantamiento popular,
lo impide, cortando la palabra de los defensores. Todos ellos fueron
ejecutados.
La victoria de los Comités
Jacobinos se convierte en la conquista del orden, pero en todo proceso
revolucionario el triunfo del orden origina el cierre del período rebelde. Podrán
perpetuarse algunas convulsiones, pero la revolución ha revocado su propio
progreso.
Ya en las postrimerías de
1793, la
Convención retira a las Secciones de París, el derecho a
convocar sus asambleas generales, tan asiduamente como quisieran. Como
respuesta, a tal actitud, esas masas populares,
promueven la creación de sociedades, a las cuales llamarán “seccionarías”.
Los Jacobinos, ya en el
ejercicio del gobierno, repudiaban a esas sociedades y comenzaron por
atacarlas, considerando que el grupo realista haría un esfuerzo concertado para
apoderarse de ellas y utilizarlas como ariete contrarrevolucionario.
La burguesía revolucionaria
empezaba a permanecer sola en el poder. La distancia con las restantes
facciones político-sociales se ampliaba, y los enemigos eran equiparados a
todos aquellos que no estuvieran de acuerdo con las disposiciones de los Comités.
“Nuestros
mayores enemigos – añadía Jambón Saint André – no están afuera; están a nuestra
vista; en medio de nosotros; quieren llevar más lejos que nosotros las medidas
revolucionarias.”
(Kropotkin Piort – Historia
de la Revolución
Francesa – Página 446)
Como consecuencia de las
constantes pugnas fraccionarias, Robespierre, máximo líder Jacobino, culmina
por enfrentarse con sus aliados políticos y su propio partido. Emplazado en las
extremidades del pensamiento revolucionario y a veces, también, reaccionario; emprende
el camino hacia la ulterior caída del gobierno Jacobino.
Capítulo
III
Estrategias.
Devenidas de la lucha
Con gran exaltación las
clases populares, encarnadas por los Sans-culottes, acogieron la guerra
revolucionaria. De este modo daban por
asegurada la capitulación de la contrarrevolución realista y la consecuente
intervención de los Estados extranjeros que apoyaban al viejo régimen. Por otra
parte, los procedimientos utilizados, por el gobierno revolucionario, mantenían
movilizado al pueblo, lo cual abría la
puerta al ejercicio de la justicia social; a lo cual aspiraban.
Los peligros que hostigaban
a la República ,
llevó al régimen revolucionario, a emplazar un nuevo sistema de instituciones.
Todo ello pese a las reticencias girondinas afectos a defender el status quo.
Una de las primeras medidas
fue la instauración de un tribunal criminal extraordinario en París; que se
convertiría en tribunal revolucionario en las demás ciudades y en los Burgos.
Consecuentemente, una red de Comités de vigilancia, maniobraría como encargado
del control de los sospechosos y de sus acciones contrarrevolucionarias.
En Abril de 1793, se
creó el comité de salvación pública, que
en sus comienzos fue influido por un revolucionario moderado como Danton. Éste fue
sucedido por el Jacobino Robespierre, el cual lo envío a la guillotina, arrasando
psicológicamente a la oposición girondina.
Casi excluidos de la
revolución, los Girondinos trataron de resistir, pero su falta de prudencia
favoreció al gobierno jacobino para acabar de someter a toda oposición que los
enfrentara.
“Uno de sus portavoces, Isnard, en un famoso
discurso, amenazó a Paris con una subversión total a su regreso (“Buscarán en
los prados del Sena si Paris existió o no…”) si este centro de influjo
revolucionario llegaba a atentar contra la legalidad….”
(Vovelle Michel –
Introducción a la
Revolución Francesa – Pagina 47)
A esta bravata el movimiento
popular, movilizados por los revolucionarios en el gobierno, rodeo la Convención y
fueron detenidos, por la
Guardia Nacional , un total de 29 diputados Girondinos, cuyo
destino fue la guillotina.
Para los diputados de la
montaña y para los jacobinos dirigentes de los comités revolucionarios, fue una
victoria abrumadora y decisiva. Con prisa y con el apoyo popular se promulgó la Constitución
del año I, cuyo texto adquiere la forma de expresión mas avanzada del ideal
democrático de la
Revolución Francesa. Pero no se aplicó, pues el gobierno
declaró inmediatamente: “El gobierno de Francia es revolucionario hasta la paz”;
en función de las urgencias que demandaba la lucha surgida de la guerra por la
libertad contra sus enemigos.
Los Comités, a cargo de la
gestión ejecutiva del gobierno revolucionario, vislumbraban un nuevo antagonista,
del cual trataron de apartarse cada vez más. Se trataba del Municipio o de la Sección
parisina; a los cuales atenuaron y emplazaron bajo su poder, transformándolos
en engranajes de la maquinaria estatal. Para someterlos, so pretexto de
reprimir abusos, hizo de los funcionarios municipales, burócratas asalariados,
dependientes del Estado.
En cuanto a los comités
revolucionarios provinciales, los sometió a la jurisdicción del Comité de Seguridad
General; a cual confirió el derecho de depurarlos y nombrar a sus miembros.
“Tratando
de centralizarlo todo en sus manos, como lo intentó la monarquía en el siglo
XVII y despojando a los órganos populares del nombramiento de jueces, de la
administración de la beneficencia, como seguramente también de las demás
funciones administrativas, y sometiéndolos a su burocracia en materia de policía, el estado mataba las
secciones y los municipios revolucionarios.”
(Kropotkin Piort – Historia
de la Revolución
Francesa – Página 448)
El efecto proveniente de la
concentración del poder estatal en manos de los comités, fue la consiguiente
muerte de las Secciones de Paris y sus sociedades populares; que habían sido
devoradas por el estado. La caída de estos últimos vestigios populares, preparó
la muerte de la misma revolución.
Luego de inducir la caída
de sus enemigos de izquierda y de derecha, los comités persistieron en la centralización
del poder en sus manos. Los Ministerios que estaban subordinados al de salud
pública, fueron eliminados y sucedidos por comisiones ejecutivas; cada una de
ellas bajo el celo de un sector de dicho comité.
Por otra parte, este mismo
órgano ejecutivo se arrogó el derecho a
convocar, por si mismo, a los integrantes de la convención que estuvieran en el
interior del país, en su carácter de mandatarios en misión. De esta manera, extendía su autoridad hacia la Convención.
En las provincias, la aniquilación
en masa y sin distinción, de los jefes contrarrevolucionarios y sus partidarios,
sembró odios muy profundos contra sus ejecutores, identificados como Jacobinos
locales y convencionales en misiones ejecutivas. Esta situación generaba que el
escenario se convirtiera en mas difícil de manejar para el gobierno central,
quien recurría a la represión como medio estratégico de dominación.
“El
frecuente uso de la guillotina llegó a crear una extraña situación del
espíritu. Paris estaba espantado; por todas partes oíanse palabras de disgusto,
de inquietud. Se temió que estallara una epidemia. Los vivos creyéronse
arrastrados por los muertos. Lo que no se osó decir en nombre de la humanidad,
se dijo en nombre de la higiene. Tantos muertos, tanta sangre derramada por las
calles, parecía que iba a desarrollar una enfermedad espantosa. […] En el
arrabal, hombres y mujeres sintieron en el corazón el frío de la muerte; de ahí
su inmovilidad, su indiferencia el 9 del Termidor. Nada hicieron por sostener
un régimen que durante días les había proporcionado tan terrible espectáculo.”
Michelet
Jules – Historia de la
Revolución Francesa – Libro XVIII – Pág.245
Capítulo
IV
Instrumentos
La labor del gobierno
jacobino se congregaba en movilizar el apoyo de las masas populares en contra
de los discrepantes del partido Girondino; como así también contra los notables
provincianos; los cuales ejercitaban no despreciable presión opositora dentro
de la Convención.
Por otra parte, y de mayor deferencia,
los Comités se esforzaban por conservar el apoyo de los sans-culottes
parisinos, cuyas peticiones, en su mayoría, armonizaban con el sentido común
jacobino. Tanto en el esfuerzo de guerra revolucionario con las levas de
soldados en masa, como en el control
general de precios (Máximum), como en el establecimiento del terror para
los traidores, la coincidencia era total; pero no así en otras demandas indicadas
como inoportunas por el gobierno.
Un instrumento legal que sellaría
el avance revolucionario, en materia político-social, y aunque no aplicada, por
declararse el gobierno en emergencia hasta lograr la paz, fue la Constitución
de 1793.
Este contrato social,
varias veces dilatado por los Girondinos, era un documento, por el cual el
pueblo accedía al sufragio universal. Contenía el derecho de insurrección, el
de trabajo y el de alimento; cambios substanciales para una sociedad sometida
al poder señorial. Pero lo mas revelador era la declaración del bien común,
como objetivo del gobierno revolucionario y que los derechos del pueblo no
serían meramente factibles, sino efectivos.
Esta Constitución
constituiría la primera genuinamente democrática promulgada por un estado
moderno.
Todos los derechos
feudales, aún existentes, serían extinguidos sin indemnización alguna, incautando
las tierras de los nobles emigrados.
La pugna del régimen en
manos del estado mayor robespierrista, con la izquierda Hebertista y con la
derecha girondina; obtuvo como resultante el sangriento triunfo del gobierno, que
lo deja sin oposición abierta. Este proceso le acarrea una nueva experiencia:
la soledad en el poder, mientras se sientan las bases para edificar la República.
“En
Abril los decretos de ventoso representan el punto culminante del compromiso
social de la burguesía montañesa, cuando confisca los bienes y las propiedades
de los sospechosos, esto es, en lo esencial, de las familias de los emigrados,
[…], esta medida tenía sus límites. No era en absoluto, como se ha dicho, una
medida socialista, pues no cuestionaba el derecho de la propiedad. Por lo
demás, por falta de tiempo, los decretos de ventoso nunca se pusieron en
práctica.”
(Vovelle Michel –
Introducción a la
Revolución Francesa – Página 55)
Con relación a la ordenación
de las leyes y sus derivaciones, hubo una de ellas que exigió fundamental
atención. Se trata de la afamada ley del 22 de Pradial referente a la nueva estructura
del tribunal revolucionario. Dicho tribunal sería divido en secciones y la
cantidad de jueces y jurados sería menor a la disposición anterior. Esto le
daría más agilidad en el tratamiento y sentencia de los elementos
contrarrevolucionarios.
Dictar esa ley produciría
la bancarrota del régimen, fundando un estado de inseguridad en todo el
espectro político, pues todo aquel que resultara sospechoso de enemigo sería
precipitadamente juzgado y rápidamente ejecutado.
En seis semanas maduró la
consiguiente contrarrevolución.
Capitulo V
Resurgimiento
e implementación del terror
Revolucionario
Uno de los órganos
ejecutivos de mayor escala en el gobierno revolucionario fue, sin duda, el
Comité de Salvación pública. La jerarquía de este Comité empequeñece al otro
gran Comité de Seguridad General.
Es el de Salvación Pública
quien profesa el verdadero poder central y al mismo se someten los ministerios
de gobierno, como así también el otro Comité.
El régimen de terror, en París,
es sistematizado por el primero y el de Seguridad General solo se encarga de su
efectiva aplicación. En cuanto a lo que concierne a las provincias y a sus
ciudades, fueron nombrados Comisiones revolucionarias locales digitadas por los
convencionales parisinos en misión diplomática, cuya estadía era por un tiempo
determinado.
Por otra parte, era también
el ejército revolucionario en el interior quien oficiaba de agentes del terror
en los departamentos. Pero en este caso, esas alineaciones salidas de las filas
de los sans-culottes le resultaban sospechosas al gobierno central; por lo
cual, en el invierno de 1794 decretó su disolución.
“El
resultado de esta movilización de energías nacionales se inscribe sin
ambigüedad en la reorganización de la situación política y militar. Los
enemigos de dentro han sido derrotados, o contenidos.”
(Vovelle Michel –
Introducción a la
Revolución Francesa – Página 52)
En lo relativo a la guerra
contra los estados colindantes, y en una esforzada ofensiva, efectuada en la
primavera de 1794, el régimen obtiene la victoria de Fleurus. Este tan
importante triunfo, preludia a la reconquista de Bélgica, y se obtiene a solo
un mes de la caída del gobierno Jacobino.
En las ciudades el control
sobre los precios y el racionamiento, favorecía a los sectores populares; pero
eran afectados con el congelamiento de los salarios. Las decomisas de
alimentos, en las zonas rurales, provocaban el odio de los campesinos. Por
ello, estos sectores de la población se fueron apartando, cada vez más, del apego
por el régimen. Y esto se extendió, más aún, después del proceso y ejecución de
la más radicalizada izquierda convencional; la representada por los partidarios
de Hebert.
Los sectores moderados de la Convención se
alarmaron por las consecuencias de los ataques gubernamentales, tanto sobre la
izquierda como sobre la derecha.
“En
la historia siempre los Danton han sido derrotados por los Robespierre (o por
los que intentan actuar como Robespierre), porque la rigidez puede triunfar en
donde la picaresca fracasa. […] En Abril de 1794, tanto los componentes del ala
derecha como los del ala izquierda habían sido guillotinados y los
robespierristas se encontraban políticamente aislados. Solo la crisis bélica
los mantenía en el poder. […] El final se preveía.”
(Hobsbwan
Eric – La Era
de la Revolución
– Página 79)
En
Paris y en toda Francia se acudía al reinado de la muerte como espectáculo diario. Cabeza tras cabeza, caían en el cesto
de la guillotina, mientras una legislación magnánima se escribía con esta sangre.
Se
podría admitir que era ineludible derramar tanta sangre en pos de los
principios revolucionarios, mas aún, si la conjunto de los ejecutados
pertenecía a personajes del antiguo régimen o de una burguesía antagonista,
pero lo que no armonizaba con la realidad era el guillotinamiento de los mismos revolucionarios que llevaron a Francia
a este turbulento presente.
Todo
lo que con anterioridad a su muerte, habría planteado Marat, en su periódico
“El amigo del Pueblo”, se estaba consumando.
El terror sometía el escenario francés, mientras se recordaba los dichos del
mismo Marat, cuando sugirió: “No es en las fronteras, sino en las capitales
donde debe golpearse”.
Por
ello, no vaciló Robespierre, en disponer de la guillotina para los moderados diputados
girondinos, a los que consideraba verdaderos enemigos de la revolución.
Tampoco dudó en implementar
la necesaria represión de las guerrillas vendeanas y bretonas, en el interior
del país, para terminar drásticamente con esos focos subversivos.
El régimen establece una
leva masiva de hombres para luchar en los dos frentes, el interno y el externo.
Y para el primero organiza una guerrilla ultrarrevolucionarias, la que llevaría
una guillotina, a cuestas, para hacerla funcionar cuando fuere necesario.
Mientras tanto en París, y
a raíz del desabastecimiento de alimentos provocados por los comerciantes; es
sospechado el líder de la izquierda radicalizada, Rene Hebert. Con ese pretexto
y puesto bajo la jurisdicción de la ley
de sospechosos, es juzgado por un
tribunal revolucionario y sentenciado a la pena de muerte, acompañado por sus colegas
más conspicuos.
“Hebert
en su camino al cadalso, no comprende, como su
amado pueblo lo abandona a su suerte, burlándose de él. […] Los llamados
ultraizquierdistas habían sido eliminados. La posteridad habría de recordarlos
siempre, como acontece con los que mueren por un ideal”
(Montacuto Chaminaud Vanesa
– El Socialismo en la
Revolución Francesa – Página 137)
Maximilien
Robespierre
Capitulo VI
Aceptación
y rechazo
Todo proceso revolucionario
sobrelleva cambios paradigmáticos que perturban distintos aspectos de las
sociedades implicadas en dichos procesos. La sociedad francesa de finales del
siglo XVIII, no fue una excepción a la regla. La revolución de 1789, y más
precisamente, el período más agitado de la misma, 1793, produjo cambios que
fueron centro de la aceptación o el rechazo
de sus propios actores.
La realeza francesa, de
raíz católica, e íntimamente relacionada con el Papado romano, contenía a una
sociedad, que en su mayoría, practicaba el cristianismo como su religión.
La república francesa,
piedra fundacional de los magnos cambios, produjo ciertas excursiones
ideológicas en el interior del país, realizando sistemáticas cruzadas de
descristianización.
Dichas campañas, estimuladas
por el sector de los sans-culottes y la izquierda mas radicalizada de la Convención ,
serían rechazadas o enérgicamente resistidas por los fieles católicos. El
enfrentamiento suscitado entre el ateísmo de las fuerzas populares de izquierda
y el más rancio catolicismo aldeano provocó pugnas de inusitada violencia.
Por otra parte, la jefatura
del Comité de Salvación Pública, intentando neutralizar al prominente ateísmo,
intenta emplazar una nueva religión cívica.
Esta nueva religión,
denominada del “ser supremo”, estaba basada en el culto a La Razón , asignando
los preceptos del “divino” Jean Jacques Rousseau.
La aceptación o el rechazo hacia
las políticas perpetradas por el jacobinismo en el poder convivían con el inmutable
silbido de la guillotina que recordaba a los políticos que nadie podría
sentirse seguro de atesorar su vida.
Se forjaron varios planes
de insurrección contra el régimen, dos de los cuales decretaron sendas hornadas
de centenares de imputados a la vez. Desarrollado en varias secciones, los
realistas reaccionarios y los presidiarios fueron conducidos juntos al
pertinente cadalso, sin distinciones estamentarias.
Y ante tal escenario, el
pueblo trabajador de Paris, comenzó a inclinar sus simpatías hacia las víctimas
de los tribunales revolucionarios. Pues consideraba que los ricos habían
emigrado al exterior y la guillotina vertía sangre de la gente pobre.
“Lo
cierto es que cada nueva hornada de ese género adelantaba la caída del régimen
Jacobino. Sucedió lo que es natural que suceda, aunque sea incomprensible para
los hombres de Estado: El terror había cesado aterrorizar”
(Kropotkin Piotr – Historia
de la Revolución
Francesa – Página 470)
Se acerca el final, el
terror vuelve sobre sus pasos y sus progenitores serán sus próximas víctimas.
En una dramática sesión
convencional, se ordena el arresto de Robespierre y sus más conspicuos
colaboradores del Comité de Salvación Pública. La comuna de París sigue siendo
fiel a los Jacobinos y se organiza para procurar su rescate, pero la deficiente
organización del mismo pone de manifiesto la falta de apoyo ofrecido por el
pueblo parisino.
Sin la resistencia popular
de su lado, la cúpula Jacobina, cae sin combatir en manos de las fuerzas de la Convención. Con
su ejecución se pretende terminar con el régimen de terror que aquejaba toda
Francia y la inseguridad reinante. Lo que si se establece como determinante es
el fin de la revolución jacobina, la cual había superado los límites
establecidos por la burguesía revolucionaria de 1789. La revolución contenía un
límite aceptado por las mismas fuerzas que la generaron.
Capítulo
VII
Triunfo de
la Reacción
9 del
Termidor
Robespierre, dirigente
natural de los Jacobinos y a cargo del poder ejecutivo de la República gozaba
de muchos adeptos que llegaban a su idolatría. Pero así también, debía hacerse
cargo de una oposición que lo detestaba y aprovechaba toda situación próspera
para denostarlo.
Sus adversarios trataban de
presentarlo como un personaje odioso, autor del terror que los azotaba y hasta
ridiculizarlo, con el objeto de deteriorar su imagen y despojarlo del enorme
poder que exhibía.
La festividad del Ser
Supremo, efectuada en París, implicó la apoteosis para Robespierre; pero esta victoria
es amarga e inconsistente. Comenzó a plasmarse una alianza en su contra que
contaba con viejos colaboradores de la represión ejecutada en las provincias,
ligados a protagonistas de la reacción.
En el propio Comité de Salvación
Pública, del cual ejercía su poder, dejó de existir la uniformidad de
pensamientos, y la izquierda del mismo comenzó a atacar resueltamente al mismo
Robespierre y sus colaboradores más cercanos. El aislamiento de la cúpula que gobierna
el régimen es cada vez mayor.
Una revolución debe generar
el bienestar común. Cada vez que alguna de ellas determina un cambio de
fortunas, debería hacerlo pensando en las comunidades y no a favor de los
ciudadanos individualmente. Esta última situación se interpreta como la
formación de personalidades enriquecidas a expensas de la Nación. Es
allí donde se encuentra uno de los pecados de la revolución; pues las tierras
confiscadas a la
Iglesia y a los nobles, fueron a manos de los particulares,
no teniendo en cuenta al pueblo de las ciudades, las villas y las aldeas, que habían sido sus
antiguos dueños.
“Gradualmente
la influencia perniciosa de aquellos usurpadores, reforzados por los
especuladores de París y los proveedores del ejército, llegó a la Convención ,
donde los honrados montañeses se veían desbordados e impotentes para contener a
los aprovechados. En efecto, ¿Qué podían oponerles? Aniquilados los rabiosos y
paralizadas las secciones de París, ¿Qué les quedaba más que el Pantano o el
centro de la
Convención ?”
(Kropotkin Piotr – Historia
de la Revolución
Francesa – Página 473
No encerraba duda alguna,
que ese gobierno no podría subsistir. Los moderados que constituían la Convención se servían
de tal estado de ánimo. Tanto los girondinos como el grupo del pantano se articulaban
para tratar de precipitar a Robespierre y sus aliados.
Y en esta disputa, el poder
Jacobino, no gozaría de la protección por parte de los movimientos populares
parisinos, a los cuales había mutilado y acallado con el uso de la guillotina.
Robespierre, en un acto
desesperado, embistió al Comité de Seguridad General, evidenciando un complot
contra la
Convención.
En una alocución de muy
elevado voltaje, se protegió de las calumnias, de las cuales era objeto; y de
la imputación a sus tendencias dictatoriales. Como reacción, acusó reciamente a
sus adversarios, tratándolos de aristócratas y bribones, calificación usurpada a
los rabiosos.
Concluía con la depuración
del Comité de Seguridad General, subordinándolo al de Salvación Pública y un rigurosa
condena a los traidores, todos ellos miembros de la misma Convención.
El terror se volvía contra
los mismos órganos que conformaban la autoridad máxima de la Nación.
“Cuando
regresó a su casa Robespierre, las señoras Duplay, temblorosas, expresaron su
ansiedad. Robespierre dijo: “Nada espero ya de la Montaña. Pero
la mayoría de la
Convención es pura y me escuchará”. La mayoría, la masa, era
el centro y la derecha. Su discurso del 8 contenía los más fuertes llamamientos
a esta masa. […] Robespierre, la derecha y el centro, sin tratar directamente
con Robespierre, estaban ligados con fuertes lazos, los de la complicidad en
las cuestiones religiosas y en las ejecuciones de Desmoulins, Fabre y Danton.
¿Quiénes si no la derecha y el centro, dieron a Robespierre la fuerza de la
dictadura? En realidad, la derecha
pensaba (como en casi toda Europa) que después de todo, Robespierre era el
único hombre de orden.”
Michelet Jules – Historia
de la Revolución
Francesa – Libro XVIII – Pág. 252
Al día siguiente, cuando
Saint-Just planteó la lectura del dictamen final, la misma Convención fue la
que demandó el arresto de los acusadores. Tampoco pudo hacer uso de la palabra
Robespierre; la
Convención les había propinado un golpe mortal.
Ante este escenario, el
Municipio decreta su insurrección, pero las Secciones se negaban a
insubordinarse contra la
Convención , en socorro de los que habían guillotinado a sus
principales dirigentes. París no reaccionaba interpretando que la revolución
había abandonado la lucha por lo popular.
Al día siguiente fueron
ejecutados Robespierre y todos sus aliados políticos, llegando a veintiuno el
numero de guillotinados. Los sentenciados a muerte fueron insultados por una
multitud contrarrevolucionaria.
La revolución había llegado
a su fin. La reacción la había derrotado.
“La Comuna de
París, que sigue siéndole fiel, fracasa en un intento de liberarlos, y la
deficiente organización de este intento pone de manifiesto la falta de apoyo
del pueblo de París. El Hotel de Ville de París cae sin combate en mano de las
tropas de la
Convención : Robespierre y sus partidarios son ejecutados el
10 del Termidor del año II. Es el fin de la revolución jacobina.”
(Vovelle Michel –
Introducción a la
Revolución Francesa – Página 56)
Tercera
parte
“Danton tiene una estatua en el centro de París;
docenas de hombres menos importantes tienen calles con sus nombres. Pero
Robespierre domina el recuerdo y la historia de la Revolución. Y
éste es un monumento apropiado, digno y perdurable.
David P. Jordan
Conclusión
El final fue apasionado,
cargado de una violencia inusitada. El apasionamiento nacido en la custodia de
sus ideas se transformó en salvaguardia de las vidas involucradas en el
conflicto.
El proceso revolucionario,
en sí mismo, había llegado a su fin. En cinco años, el antiguo régimen había
quedado sumergido en la añoranza de los reaccionarios monárquicos. Lo que había
comenzado como una crisis de la nobleza,
introdujo cambios trascendentes en todos los ámbitos sociales, políticos
y económicos. Nuevos actores, en lo más alto del poder, generaban e
implementaban nuevas ideas y procedimientos que modificaban sustancialmente la
vida de los franceses.
Crisis internas y externas
sometidas por la violencia y los enfrentamientos entre congéneres y extranjeros.
Sociedad con reformas que
modificaron sus caracteres de vida en todos los ámbitos. El paso de la monarquía
absoluta a una monarquía constitucional; la pérdida de privilegios nobiliarios
o religiosos; un contrato o social o una nueva forma gobierno fueron algunos de
los cambios en la vida de la sociedad francesa.
Pero lo más agitado de su
vivencia ocurrió en los dos últimos años, el 93 y el 94. Con una guerra externa
que generó un esfuerzo de dimensiones en los patriotas; y con una conmoción
interna que demandó tanta sangre como el conflicto exterior.
Y es aquí, donde surgen
nuestros interrogantes. Es el momento de la primera República Francesa y el
gobierno jacobino que cae el 9 del Termidor (26 de Julio de 1794).
Por lo explicitado, pasaré
a contestar las preguntas que surgieron en la construcción de este trabajo de
investigación, basándome en los textos utilizados en el proceso de realización
del mismo.
De esta manera, trataré de
abordar a una conclusión que me acerque a la lógica de la verdad.
La hipótesis inicial
sugiere que la acción del terror es la causa que origina la caída del gobierno
Jacobino.
Si bien la ley de los
sospechosos propone un estado de alerta máxima sobre la seguridad física de la
totalidad la población francesa; no es esta la única causante del derrumbe del
Jacobinismo en el poder. Más bien, parece una herramienta esgrimida para
sustentar un régimen que recogía más enemigos que adherentes.
Robespierre, apuntalado por Saint-Just, Couthon y
otros jacobinos, estableció medidas policíacas extremas para disuadir cualquier
acción contrarrevolucionaria. Desde el punto de vista militar, la situación era
considerablemente comprometida para la República. En
este aspecto, las potencias enemigas habían restablecido la agresión en todos sus
frentes.
Otro escenario crítico, para el régimen, se
originaba en el accionar de los insurrectos monárquicos y católicos que controlaban
parte de La Vendée
y Bretaña.
Se formuló un
decreto de reclutamiento para toda la población masculina de Francia en
buen estado de salud, con el objeto de combatir ambos frentes. Se constituyeron
nuevos ejércitos que fueron provistos y enviados prontamente.
El Comité de
Salvación Pública reprimió violentamente la oposición interna.
El terror estaba revelado y los tribunales, como así
también, los comités revolucionarios fueron responsables de la ejecución de
casi 17 mil ciudadanos en toda Francia.
El 9 del
termidor, fecha de la caída del régimen, simbolizó la definitiva clausura
revolucionaria y la no instauración de un modelo que ese ultimo gobierno fue
incapaz sustentar.
Si bien los
Jacobinos heredan los peligros externos de la guerra; las excesivas levas de
hombres para el combate le generó la antipatía de los mismos jóvenes
concentrados y sus familias. Si bien se exigió priorizar la seguridad de la Nación en
peligro, no se tuvo en cuenta la generación del malestar general ante la
obligatoriedad de enfrentar los peligros de la contienda.
La cuestión
interna es más compleja y atomizada, pues son varios los frentes opositores al
régimen, que suscitaron otros motivos que quebraron el orden institucional.
Medidas
formuladas contra los clérigos reacios a las ideas revolucionarias, indujeron a
la insurrección de las jurisdicciones de la Vendée y la Bretaña ,
pobladas por gente fanática y vehemente. La sedición de la Vendée , conducida
por individuos del lugar fue una corriente
religiosa y popular, que más tarde degeneró en reacción monárquica.
A la beligerancia
civil y extranjera sucedieron los reveses y las defecciones. En un escenario convulsionado,
la Convención
tomó medidas extremas, y desenvainó de su seno un poder ejecutivo
revolucionario, los Comités.
Para
la defensa interior dispuso la creación de un tribunal revolucionario, ungido
de jurisdicción excepcional, encargado de escarmentar a los rebeldes,
traidores, cómplices del extranjero. La novedad es que llevaban consigo la
guillotina y la muerte como objetivo depurador. El establecimiento en cada
municipalidad o sección de un comité revolucionario, y la fundación del Comité
de Salvación Pública que debía
concentrar todos los poderes, construyó la huella de una dictadura que iría
socavando su propia legitimidad como gobierno.
El
partido girondino, cuando poseyó el gobierno en sus manos se resistía a instituir
medidas excepcionales y violentas. Los Jacobinos justificaban estas medidas, en
vista de la coyuntura excepcional por la
que atravesaba la nación.
A
medida que los riesgos iban aumentando, ambos partidos se hacían mutuamente
responsables de los males de la patria. Aquella disputa había de terminar con el
exterminio de uno de los dos partidos antagonistas. Los más notables Girondinos
de la Convención
dejaron su vida en la filosa guillotina. A ella arribaron después de cuantiosos
incidentes, donde los jacobinos, la municipalidad y una de las secciones de
París se pusieron de acuerdo para conseguir de la asamblea su expulsión, cosa
que lograron empleando la fuerza saintculotteries contra la Convención. Este
golpe de Estado venía a sentar un nefasto precedente, que luego sería sufrido
por Robespierre y sus partidarios.
Y no
podemos soslayar, el enfrentamiento con la extrema izquierda revolucionaria.
Aquella que fuera esgrimida para propinar los grandes golpes, tanto a la
reacción monárquica, como a todo aquel revolucionario moderado que trataba de contener
el espíritu progresivo de la revolución.
La
pieza central del gobierno jacobino, el Comité de Salvación Pública, comienza
un crítico proceso de depuración que lo enfrentaría con una fuerza destructiva
superior, la soledad del poder. El otro gran Comité, el de Seguridad general,
se dedica a aplicar el terror que genera el de Salvación Pública, en un acto de
obediencia extrema.
En lo
económico, el férreo intervencionismo estatal hizo impopular la medida por la
cual se controlaba los precios y los salarios, la ley del Máximo General. Tanto
los productores como los asalariados vieron como el Estado les coartaba la
libertad de negociación; lo que por supuesto eludía toda empatía con el
gobierno.
Tantos
enfrentamientos de ideas y propósitos, tanta crisis engrosada por las
pasiones encontradas, tanta sangre
vertida a favor de concebir el triunfo de los bandos en disputa; llevo al
Comité de Salvación a perder homogeneidad. Un escenario poblado de posibles
enemigos elevó la desconfianza hacia su mismo entorno. El ala de
ultraizquierda, que había visto morir a sus lideres populares en la guillotina
robespierrista, se volvió refractario al liderazgo de los que ostentaban el
poder ejecutivo.
Faltaba
solamente un pretexto para ejecutar el golpe de gracia que produciría la caída
del régimen, y se lo obsequió Robespierre acusando en forma anónima de
corrupción a la
Convención. La ley del sospechoso con su guillotina a cuestas
se hacía presente en el más alto poder de la República.
La
presente investigación propone que las causas que originaron el derrumbe del
gobierno Jacobino son múltiples. Y el terror se convierte en la consecuencia de
esas multiplicidades y se traslada de una guerra militar a una larvada guerra civil,
donde la sospecha de la traición es su constante.
“El Comité de Salvación Pública pierde
homogeneidad y los izquierdistas-Collot d´Herbois o Billaud Varenne-atacan a
Saint Just, Roberpierre y Couthon, cuyo aislamiento es cada vez mayor. La
crisis estalla en Termidor, después de un eclipse muy prolongado de
Robespierre. El llamamiento anónimo que pronuncia en la Convención el
8 del Termidor contra los “bribones”, lejos de evitar el ataque, lo precipita.”
(Michel
Vovelle – Introducción a la Revolución francesa – Página 56)
Cronología
REVOLUCIÓN FRANCESA
(Hasta al caída del gobierno
Jacobino)
1787
-INICIO DE LA "REVUELTA
ARISTOCRÁTICA"
-(FEBRERO) REUNIÓN DE LA ASAMBLEA DE
LOS NOTABLES.
-(MAYO) DISOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA DE
LOS NOTABLES
-(JULIO) EL PARLAMENTO DE PARÍS
PIDE QUE SE CONVOQUE A LOS ESTADOS
GENERALES.
1788
-(AGOSTO) CONVOCATORIA DE LOS
ESTADOS GENERALES PARA EL 1 DE MAYO DE 1789
-(SEPTIEMBRE) VICTORIA DE LA
"ARISTOCRACIA" Y RETORNO DEL PARLAMENTO A PARÍS SEGUIDO DE POR
DESÓRDENES POPULARES
-(DICIEMBRE) LOS DISTURBIOS POR LOS
ALIMENTOS EN FRANCIA SE CONVIERTEN PRONTO EN REVUELTA CAMPESINA CONTRA EL
FEUDALISMO.
REVOLUCIÓN INSTITUCIONAL, URBANA
O MUNICIPAL Y CAMPESINA
1789
-(ENERO/ MAYO) PREPARACIÓN DE LOS CAHIERS
DE DOLÉANCES Y LAS ELECCIONES PARA LOS ESTADOS GENERALES
-(MARZO) ELECCIONES PARA LOS
ESTADOS GENERALES
-(MAYO) REAL SESIÓN DE APERTURA DE
LOS ESTADOS GENERALES
-(PRIMAVERA) SE AGUDIZAN LAS
REBELIONES ANTINOBILIARIAS.
-(MAYO) EL TERCER ESTADO TOMA EL
NOMBRE DE "COMUNES"
-(MAYO/ JULIO) EL 3º ESTADO NO
ACEPTA EL VOTO ESTAMENTAL.
-(17 DE JUNIO) LOS
"COMUNES" SE AUTODENOMINAN ASAMBLEA NACIONAL
-(20 DE JUNIO) JURAMENTO DEL JUEGO
DE LA PELOTA
-(9 DE JULIO) LA ASAMBLEA SE
PROCLAMA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
-(14 DE JULIO) TOMA DE LA BASTILLA
-(JULIO) "REVUELTA
MUNICIPAL". EL REY ACEPTA LA REVOLUCIÓN EN LA COMUNA
-(JULIO/ AGOSTO) REBELIÓN CAMPESINA
CONTRA EL FEUDALISMO. EL GRAN MIEDO
-(4 DE AGOSTO) LA ASAMBLEA RESPONDE
EN LA "NOCHE DEL 4 DE AGOSTO": ABOLICIÓN DE LOS PRIVILEGIOS DE LA NOBLEZA Y DEL
CLERO
-(26 DE AGOSTO) APROBACIÓN DE LA DECLARACIÓN DE
LOS DERECHOS DEL HOMBRE
-(OCTUBRE) MARCHA DE LAS MUJERES
HACIA VERSALLES. REGRESO DEL REY A PARÍS, SEGUIDO POR LA ASAMBLEA NACIONAL.
(NOVIEMBRE) SE PONE LOS BIENES DEL
CLERO A DISPOSICIÓN DE LA NACIÓN
-(DICIEMBRE) VENTA DE LAS TIERRAS
DE LA IGLESIA.
EMISIÓN DE LOS ASIGNADOS.
.
1790
-AÑO DE ESTABILIDAD ECONÓMICA
-(ABRIL) CREACIÓN DEL CLUB DE LOS
CORDELEROS
-(JUNIO) ABOLICIÓN DE LA NOBLEZA Y LOS
TÍTULOS POR LA
ASAMBLEA CONSTITUYENTE
-(JULIO) APROBACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN CIVIL
DEL CLERO.
-(JULIO/ AGOSTO) DISTURBIOS
CONTRA-REVOLUCIONARIOS EN LYÓN
-(NOVIEMBRE) SE IMPONE EL
JURAMENTO: "POR LA
NACIÓN , POR LA LEY , POR EL REY"
1791
-MALAS COSECHAS,- ESPECULACIÓN E
INFLACIÓN
-(INVIERNO) FORMACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN CIVIL
DEL CLERO. PIO V CONDENA LA CONSTITUCIÓN CIVIL DEL CLERO
-(INVIERNO/ OTOÑO) LEVANTAMIENTOS
CAMPESINOS. CLUBES EN LAS CIUDADES.
-(PRIMAVERA/ VERANO) LA CONTRA-REVOLUCIÓN CONTINÚA
EN EL SUR DE FRANCIA.
-(MAYO) LEY DE CHAPELIER QUE
PROHÍBE LAS COALICIONES OBRERAS
-(JUNIO) FUGA DE LA FAMILIA REAL Y
ARRESTO EN VARENNES
-(JULIO) LOS MODERADOS DEL CLUB DE
LOS "FEUILLANTS" SE SEPARAN DE LOS JACOBINOS PARA QUEBRAR LA MAQUINA DE
INSURRECCIONES
-(13/ 16 JULIO) LA ASAMBLEA REINSTAURA
AL REY.
-CRISIS (17 DE JULIO) MASACRE DE
CAMPO DE MARTE
-(27 DE AGOSTO) DECLARACIÓN DE
PILLNITZ: LAS POTENCIAS AMENAZAN A LA REVOLUCIÓN
-(SEPTIEMBRE) CONSTITUCIÓN
MONÁRQUICA CONSTITUCIONAL. INICIO DE ASAMBLEA LEGISLATIVA
-(DICIEMBRE) MINISTERIO "FEUILLANTS"
(GIRONDINOS Y JACOBINOS A LA IZQUIERDA )
-(12 DE DICIEMBRE Y 2 DE ENERO)
DISCURSOS DE ROBESPIERRE CONTRA LA GUERRA
1792
-DE LA HEGEMONÍA GIRONDINA
A LA JACOBINA.
-(MARZO) DESÓRDENES EN PARÍS Y EN
REGIONES RURALES A CAUSA DE LA ESCASEZ DE ALIMENTOS
-(PRIMAVERA) FORMACIÓN DE
MINISTERIO DE MAYORÍA GIRONDINA
-(ABRIL) FRANCIA DECLARACIÓN DE
GUERRA A AUSTRIA
-(MAYO) DECRETO DE DEPORTACIÓN DE
LOS SACERDOTES QUE RECHAZAN EL JURAMENTO
-(JUNIO) SEPARACIÓN DE LOS
MINISTROS GIRONDINOS POR SUS DECLARACIONES CONTRA LAS ACTITUDES CONSPIRATIVAS
DE LA CORTE.
.
-(JULIO) DECLARACIÓN POR LA ASAMBLEA DE LA PATRIA EN
PELIGRO. "MANIFIESTO DEL DUQUE DE BRUNSWICK", AMENAZA DE DESTRUCCIÓN
DE PARÍS. MOVILIZACIÓN URBANA. LIDERAZGO JACOBINO Y CORDELERO. LOS GIRONDINOS
TEMEN DESBORDES.
-(AGOSTO) TOMA DEL PALACIO DE LAS
TULLERÍAS Y CAÍDA DE LA
MONARQUÍA. CONVOCATORIA DE LA CONVENCIÓN. SE
ESTABLECE EL SUFRAGIO UNIVERSAL.
-(SEPTIEMBRE) MASACRES EN LAS
PRISIONES DE PARÍS Y EN LAS PROVINCIAS. FIN DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
E INICIO DE LA CONVENCIÓN
NACIONAL. ABOLICIÓN DE LA MONARQUÍA. AÑO
I DE LA REVOLUCIÓN
-(SEPTIEMBRE/ OCTUBRE/ NOVIEMBRE)
ENTRADA DE LOS FRANCESES EN SABOYA Y NIZA. RETIRADA DE LOS PRUSIANOS. LOS
FRANCESES OCUPAN FRANCFORT Y MAGUNCIA. VICTORIA DE DUMORIEZ EN JEMMPES.
OCUPACIÓN DE BÉLGICA
-(DICIEMBRE) PROCESO AL REY.
ENFRENTAMIENTO ENTRE GIRONDINOS Y JACOBINOS.
1793
-ALIANZA ENTRE LA BURGUESÍA REVOLUCIONARIA
Y SAN CULOTTES.
-(21 DE ENERO) EJECUCIÓN DEL REY.
-(FEBRERO) FRANCIA DECLARA LA GUERRA A
INGLATERRA Y A HOLANDA. LEVA DE 300.000 Y RESISTENCIAS EN LAS PROVINCIAS DEL
OESTE DE FRANCIA.
-(MARZO) DISTURBIOS PARISINOS
CONTRA LA
MODERACIÓN GIRONDINA. CREACIÓN DEL "TRIBUNAL
REVOLUCIONARIO".
-(ABRIL) DERROTA Y POSTERIOR
TRAICIÓN DE DUMORIEZ. CREACIÓN DEL "COMITÉ DE SALVACIÓN PÚBLICA" (CON
INCLUSIÓN DE DANTÓN)
-(ABRIL/ MAYO) COMIENZO DE LA INSURRECCIÓN FEDERALISTA
(ANTI-JACOBINA) EN MARSELLA Y LYÓN.
-(31 DE MAYO) MANIFESTACIÓN POPULAR
CONTRA LA GIRONDA
EN LA
CONVENCIÓN.
-(2 DE JUNIO) NUEVA JORNADA
REVOLUCIONARIA: ARRESTO DE LOS GIRONDINOS.
-(24 DE JUNIO) APROBACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN JACOBINA
DEL AÑO I. ALIANZA ENTRE JACOBINOS Y SAN CULOTTES.
-(JULIO) ASESINATO DE MARAT.
ROBESPIERRE, SAINT-JUST Y COUTHON DESIGNADOS MIEMBROS DEL COMITÉ DE SALUD
PÚBLICA.
(AGOSTO) LA CONVENCIÓN RECONQUISTA
MARSELLA.
-(SEPTIEMBRE) MOVIMIENTOS POPULARES
EN PARÍS. LEY DE "SOSPECHOSOS" Y COMIENZO DEL TERROR. LA LEY DEL
MÁXIMO GENERAL FIJA TOPES A PRECIOS Y SALARIOS. FORMACIÓN DE UN EJÉRCITO
REVOLUCIONARIO PARISIENSE.
-(OCTUBRE) SE SUSPENDE LA CONSTITUCIÓN :
EL GOBIERNO ES REVOLUCIONARIO HASTA LA PAZ ".
REPRESIÓN DE LA
REVUELTA EN LYÓN. COMIENZO DE LA CAMPAÑA DE
DESCRITIANIZACIÓN. EJECUCIÓN DE MARÍA ANTONIETA Y DE LOS LÍDERES GIRONDINOS.
-(NOVIEMBRE) FIESTA DE LA LIBERTAD Y LA RAZÓN EN LA CATEDRAL DE
NOTRE DAME DE PARÍS. ROBESPIERRE DENUNCIA LA CAMPAÑA DE
DESCRITIANIZACIÓN.
1794
-EL GOBIERNOJACOBINO SE PROPONE
DISOLVER LAS SOCIEDADAS POPULARES, LICENCIAR A LOS EJÉRCITOS REVOLUCIONARIOS Y
DISCIPLINAR A LA
COMUNA DE PARÍS.
-(FEBRERO/ MARZO) LEYES DE VENTOSO:
ABOLICIÓN DE LA
ESCLAVITUD EN LAS COLONIAS FRANCESAS.
-(MARZO/ ABRIL) ARRESTO Y EJECUCIÓN
DE HÉRTISTAS. ARRESTO Y EJECUCIÓN DE DANTONISTAS. HEGEMONÍA JACOBINA Y APOYO
MODERADO DE SAN CULOTTES.
-(JUNIO) ROBESPIERRE PRESIDENTE DE LA CONVENCIÓN. FIESTA
DEL SER SUPREMO. VICTORIA FRANCESA CONTRA LOS AUSTRIACOS.
(JUNIO/ JULIO) REFORMA DEL TRIBUNAL
REVOLUCIONARIO Y COMIENZO DEL GRAN TERROR.
-(27 DE JULIO) GOLPE DE ESTADO DEL
9 TERMIDOR: CAÍDA Y EJECUCIÓN DE ROBESPIERRE Y SUS ALIADOS. LA COMUNA DEBILITADA
INTENTA UN RESCATE.
-(AGOSTO/ SEPTIEMBRE/ OCTUBRE)
REORGANIZACIÓN DEL GOBIERNO EN 16 COMITÉS. LA REPÚBLICA NO
FINANCIA NINGÚN CULTO. CREACIÓN DE LA ESCUELA NORMAL.
OBJETIVOS DE TERMIDOR: ENCAUSAR LA REVOLUCIÓN Y
UN NUEVO ORDEN DE "PAÍS DE PROPIETARIOS"
-(NOVIEMBRE) CLAUSURA DEL CLUB DE
LOS JACOBINOS.
-(DICIEMBRE) ABOLICIÓN DE LAS LEYES
DEL MÁXIMO.
Bibliografía
-
La era de la
Revolución , 1789-1848 – Eric J. Hobsbawn – Editorial
Critica
-
Historia de la Revolución
francesa – Piotr Kropotkin – Editorial Vergara Grupo Zeta
-
Introducción a la Revolución Francesa
– Michel Vovelle – Editorial Critica
-
Robespierre. El primer revolucionario – David P.
Jordan – Editorial Vergara Grupo Zeta
-
Robespierre. La razón del Pueblo – Horacio
Sanguinetti – Eudeba
-
El socialismo en la Revolución Francesa
– Vanesa Montacuto Chaminaud – Editorial Fraterna
-
Historia de la Revolución Francesa
– Jules Michelet – Artes Gráficas Bodoni S.A.I.C.
-
Robespierre y la psicopatología del héroe – Jorge
Thenon – Impresiones El sol SRL
-
Robespierre. El primer revolucionario – David P.
Jordan – Editorial Vergara Grupo Zeta
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